Ya sea por sus distintas propiedades vitamínicas o por su intenso sabor, las frutas son uno de los alimentos favoritos de las personas. La sociedad entera habla de los beneficios y maravillas que trae el ingerirlas, pero pocos saben que algunas de ellas esconden peligrosos venenos que incluso podrían matarte. Revisa con atención el siguiente top frutal y ten cuidado de no acabar como Blanca Nieves:
Almendra
Con su sabor único y especial, este fruto seco ha sido uno de los ingredientes más populares en la historia de la repostería. Las que contienen el sabor más fuerte, esencia y toxicidad son las almendras amargas (opuestas a las dulces) que no son aptas para el consumo humano.
Éstas contienen una sustancia llamada amigdalina, que al ser mezclada con la saliva, produce glucosa (hidrato de carbono), benzaldehído (el que aporta el sabor amargo) y ácido cianhídrico (HCN). El HCN, al formar sales, crea el archiconocido cianuro, uno de los venenos más potentes que existen.
Para evitar accidentes, todas las almendras empaquetadas deben pasar un proceso de tueste para quitar cualquier tipo de veneno y bacterias, pero es común que al adquirirlas al mayoreo se “cuele” una que otra amarga.
Con una dosis baja se producen náuseas, trastornos respiratorios e hipotermia, pero bastaría con 20 pequeñas almendras para provocar una asfixia repentina y letal.
Nueces de la India
Estas nueces —que en realidad son semillas—, crecen dentro de una estructura en forma de caparazón. Al comprarse crudas, se debe asegurar que hayan pasado por algún proceso de tostado, ya que contienen un aceite llamado uroshiol (también encontrado en la hiedra venenosa). Un alto consumo del mismo puede ser letal.
Cereza
Sin duda alguna, las cerezas son una de las frutas más versátiles: se pueden comer crudas, cocinarse, hornearse, e incluso utilizarse en ciertos tipos de licor. Pero a pesar de contar con todas estas maravillas, son sumamente tóxicas. Si alguna vez has masticado o conservado su semilla en tu boca, estás introduciendo cianuro de hidrógeno en tu organismo. Si una semilla de cereza es masticada, aplastada, molida o dañada, automáticamente produce esta toxina. Los síntomas de un leve envenenamiento incluyen dolor de cabeza, mareos, confusión, ansiedad y vómito. Una mayor ingesta puede provocar cambios en el ritmo cardiaco y en la presión sanguínea, y daños al riñón. Si no se atiende a tiempo puede provocar convulsiones, coma y muerte por paro respiratorio.
Jitomate
Antes que nada cabe resaltar que el jitomate es considerado una fruta en todo el mundo a excepción de Estados Unidos, que desde 1893, lo considera un vegetal debido a que no se cobraba impuestos a las frutas. Las hojas de la planta de jitomate contienen un químico llamado glicoalcaloide, que causa nerviosismo extremo y malestares estomacales. A pesar de esto, puede utilizarse para cocinar y resaltar el sabor de la comida, pero debe quitarse antes de comerse.
Chabacano
Al igual que las cerezas, el veneno de esta fruta se encuentra en su semilla. Los granos o semillas de chabacano que se cultivan en el Mediterráneo y Asia Central, son tan dulces que pueden sustituir el uso de las almendras; el licor de amaretto combina el dulzor de las semillas de chabacano con el amargo de las segundas. También son utilizadas en recetas para preparar galletas y mermeladas italianas.
En exceso, puede provocar síntomas como náuseas, fiebre, dolores de cabeza, insomnio, sed excesiva, debilidad, nerviosismo, dolores en articulaciones y músculos. Todo gracias a que también contiene amigdalina.
Manzana
“Una manzana al día, aleja al médico” —a menos que te comas las semillas—. Al igual que las demás frutas mencionadas, las semillas de la manzana contienen cianuro. De acuerdo con Maurice Chevallier en su “Enciclopedia de plantas medicinales”, se requiere masticar 2 tazas de éstas para que la dosis de cianuro ingerida llegue a ser mortal.
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